• Cachuela Esperanza


Las represas del río Madera

Las cuatro represas del Madera han sido diseñadas con dos fines: aprovechamiento hidroeléctrico y navegabilidad. En los Planes del IIRSA figuran como proyectos de navegabilidad, actualmente en las dos obras construidas en Brasil, están previstas las esclusas, aunque no estén construídas aún.

El Plan IIRSA ha sido creado para planificar la infraestructura en Sudamérica por los presidentes sudamericanos el 2001 y refrendado en la UNASUR, tiene como uno de sus proyectos más importantes al Complejo Hidroeléctrico del Madera, cuyo objetivo es completar la navegabilidad del río Madera, ya que actualmente es navegable solo entre la ciudad de Itacoatiara, en el Atlántico y la ciudad de Porto Velho. La dificultad de navegación entre Porto Velho y el tramo binacional Bolivia Brasil se debe a la existencia de más de 18 cachuelas que ya fueron exploradas desde hace más de un siglo por el ingeniero José María Palacios, cuando era prefecto del Beni, graficando en detalle cada una de ellas.

Las Cachuelas son pequeñas caídas que pueden ser aprovechadas para generar electricidad.

Haciendo navegable todo el río Madera lo que se pretende es integrar comercialmente  la zona de Madre de Dios, Pando y Rondonia, con el objetivo principal de poder trasladar la soya brasileña que se produce en el estado de Rondonia y Mato Grosso hacia los puertos del Pacífico, dado que el comercio brasileño de soya se dirige al continente asiático. Se puede ver que se trata de planes extraños al país.

El Eje Perú Bolivia Brasil del IIRSA

Los proyectos del Madera están insertados en el Grupo 3 del Eje Perú – Bolivia- Brasil, bajo el nombre de Corredor Fluvial Madera-Madre de Dios-Beni. Su función estratégica es consolidar una vía de integración internacional, y además posibilitar el cambio de matriz energética aumentando la oferta de energía renovable en la región, como si la energía generada por mega represas fuera renovable.

El proyecto ancla, o sea el proyecto más importante de este grupo, es la navegación del río Madera entre Porto Vehlo y Guajaramirim, incluyendo el tramo binacional del río Madera.

Los otros proyectos de este grupo están todos relacionados con las represas y son: la hidroeléctrica de Cachuela Esperanza, la hidrovía Ichilo-Mamoré, la navegabilidad del río Beni, la hidrovía Madre de Dios, en Perú, el complejo hidroeléctrico del río Madera, las represas de Jiraú y San Antonio, la hidroeléctrica binacional en la cachuela de Riberao y la línea de transmisión entre las dos centrales hidroeléctricas del río Madera y del Sistema Central en Brasil.

En el Norte Amazónico de Bolivia existe una tenaz falta de energía accesible. La carencia de energía imposibilita cualquier iniciativa de procesamiento semi industrial, tanto para alimentos, aceite, madera, cría de animales, incluso limita el congelamiento de pescado y pulpa de frutas tropicales. Estas obras tienen un elevado costo ambiental/social y están destinadas a destruir el futuro de la Amazonía. Construir mega represas en un río tan importante como el Madera solo puede llevar a un elevado costo medioambiental, pero además -para el país- puede significar la pérdida de soberanía bajo una supuesta gestión compartida del proyecto.

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