Adolfo Moye, Julio 2013
El pasado sábado 6 de julio concluyó un nuevo show político con la pretensión de ser un enésimo encuentro de corregidores del TIPNIS, esta vez en la Comunidad de San Miguelito, del río Isiboro en la zona sur del TIPNIS. Algunos comunarios fueron instruídos para recitar un libreto de acusaciones contra los que tenemos clara la razón de la defensa del territorio y por eso hemos sido calificados por la autoridad como estafadores del TIPNIS, entre ellos mi persona, acusado además de ser además brazo operativo de Ernesto Suárez Satori (ex prefecto del Beni). Esta vez utilizaron a parientes cercanos, para hacer reaccionar a los que escuchan y tratar de convencer a los comunarios del TIPNIS de las acusaciones y mentiras que difunden utilizando familiares para que el golpe duela más, aún a sabiendas de que cuando nos encontramos estamos hermanados como siempre y hasta me piden disculpas. Por eso lo tomo como algo sin valor, que viene de un libreto impuesto por la autoridad nacional.
Como no podía ser de otra manera, para que el show tenga efecto, la autoridad nacional estuvo presente. El Ministro Quintana arribó para escuchar las quejas de los participantes del show, sorprendentemente parecidas a las acusaciones que el mismo (Quintana) hace a través de prensa, panfletos, publicaciones, es decir, todo un arsenal mediático diseñado para desprestigiar y calumniar. Para el ministro participar en un show donde a nadie le interesa escuchar lo mismo una y otra vez tampoco le conmovió.
Sin decir nada el ministro Quintana escuchó con paciencia el guion preparado, aunque esta vez sin prensa ni funcionarios del Viceministerio de Políticas Comunicaciones y, -fuera de contexto o desubicado, terminó expresando:
-“Hermanos, ¿qué es lo que quieren? ¿Desarrollo?. Si ustedes quieren progresar: trabajen. Usen sus terrenos, sus manos. Si ustedes quieren que desarrolle su comunidad, su provincia, su departamento: -trabajen. Ese desarrollo, el progreso de su comunidad, de su provincia, de su departamento……es el desarrollo de Bolivia. Está en sus manos y no esperen que nosotros vengamos y les traigamos proyectos, recursos, herramientas…. No hay otra cosa más, dejen sus costumbres de estar dependiendo del estado o del gobierno: -trabajen.
Y para dar aliento a Gumercindo Pradel, dirigente de las comunidades sindicalizadas del Polígono Siete –CONISUR-, quién intentó infructuosamente organizar en junio con su gente un Encuentro de Corregidores en el TIPNIS, territorio al que no pertenece, le dijo:
“Yo le felicito a usted por la valentía de haber ingresado al TIPNIS y hacerse flagelar. Si es necesario tener que seguir yendo y demostrar que no hay miedo, pues ponga la otra nalga y la gente verá que es valiente”.
Este episodio reciente no ha sonado en los medios, tal vez por el ridículo de las palabras de Quintana, fuera de lugar y de contexto. El domingo, los pocos comunarios que llevaron del TIPNIS y los integrantes del CONISUR, estaban ebrios, la reunión había terminado con cerveza y trago.
“Trabajen”: asóciense con quien haga falta. “Trabajen”: allanen el camino para las inversiones (lícitas o ilegales)-. “Trabajen”: limpien de obstáculos para el único desarrollo que Quintana alcanza a imaginar: carreteras que no integran comunidades, puentes para acelerar el ingreso de extraños, deforestación para cultivos ilegales, petroleras para llevar la energía a países extranjeros.
Y entregar el territorio a la voracidad del desarrollo capitalista.